Esta es la Fachada de Comares. Forma parte del Palacio de Comares y sirve como puerta de entrada al Salón de Embajadores, donde los sultanes nazaríes recibían a los dignatarios y dirigían los asuntos de estado.
Adornada con intrincados estucos, inscripciones árabes y patrones geométricos, la fachada encarna el profundo aprecio de la dinastía nazarí por la simetría, el arte y la armonía espiritual. El juego de luces y sombras en sus superficies texturizadas da vida a sus tallas.
La tranquila fuente de agua, enmarcada por intrincados arcos y delicadas piedras, captura la esencia del diseño islámico: armonía, reflexión y equilibrio.
La fachada separaba el sector administrativo y público de la parte privada y familiar del palacio. La puerta derecha conducía a las dependencias de la familia y los sirvientes. La puerta izquierda conducía al núcleo del palacio.
Esta es solo la segunda área que encontrará en una visita a los Palacios Nazaríes. Al atravesar las puertas es cuando la Alhambra empieza a resultar realmente impresionante.